Diciembre. Relato escrito por Diego Barranco
Era una mañana de niebla en Zaragoza cuando Sara subió al bus urbano número 39. El conductor, un hombre de aspecto cansado, la miró con una leve sonrisa antes de cerrar las puertas. El vehículo, lleno de rostros familiares del barrio, enfiló la avenida de Cataluña.
Las calles se tornaban borrosas y los edificios perdían sus contornos, como si la niebla quisiera ocultar secretos. Sara, se percató que un anciano, sentado al fondo, la observaba fijamente. Su mirada era intensa y profunda, como si conociera algo que ella ignoraba.
Un joven de apenas 15 años se cruzó con su patinete por delante del autobús. El conductor soltó un improperio al ver que además de cruzarse el joven, éste se despedía de él levantando su dedo corazón.
Murmurando, el chofer continuo su ruta.
En la siguiente parada se bajaron bastantes personas, quedando Sara muy a la vista del anciano.
El urbano, salió de la parada situada en Balcón de San Lázaro y paró en el semáforo.
El anciano se levantó y se acercó a Sara que seguía de pie muy cerca de la puerta.El bus arrancó girando a la izquierda para cruzar el puente de Piedra, el anciano con voz temblorosa y por detrás de Sara le susurró: yo fui el décimo pasajero que caí al pozo aquel 19 de diciembre de 1.971.
Sara se giró y allí, no estaba aquel anciano.
Sus dones, habían vuelto a poner de manifiesto que la vida, continua después de la vida.
Hola Esmeralda me recordó a un relato de Benedetti con un pasajero que murió en un accidente de avión y el siempre estuvo esperando en la sala del aeropuerto , Felicidades Hermosa Poeta .
ResponderEliminarSoy José Maria y vivo en la antigua nueva Valladolid , hoy Morelia Michoacán México
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