RELATO


UN FALLO ELÉCTRICO (DESENLACE)


Abrió la puerta de su casa. Echó un paso hacia atrás. El piso estaba a oscuras, tragó saliva y encendió la luz del pasillo. Se acercó al salón y vislumbró su sillón azul, respiró profundamente y se sentó. Apoyó las manos en ambos brazos y un cerco de sangre quedó impregnado en la tela, se metió un dedo en la boca y con un poco de saliva intentó limpiarlo. Fue en vano, lo único que consiguió fue que la sangre se extendiera todavía más. Se quito las botas de trabajo y encendió la tele; Su equipo iba ganando.-¡Arriba equipo¡ Una cerveza es lo que más necesito ahora.-¡Violeta¡- ¿Estás en casa?-
Entonces recordó el coche de su mujer mal aparcado. Habían sucedido una serie de inconvenientes desde entonces y su malestar olvidado volvió a su cabeza, aunque no se le escapó el gol que metió su equipo en el último segundo de la prórroga.
Se encaminó hacia la cocina a por una cerveza; Eufórico y feliz, cuando al abrir la puerta de la nevera, miró de soslayo un trozo de papel apoyado en la mesa de la cocina.
Unos gritos provenientes del partido, hizo que agarrara la cerveza y se olvidara por completo de la nota.
Estaba exultante, su equipo había ganado. Se dirigió al dormitorio principal para ponerse ropa cómoda, cuando se quedó perplejo al ver todo el cuarto revuelto: La caja de los Manolos Blanhic de su mujer, tirada en medio de la habitación, la crema nivea que siempre tenía encima de su mesilla estaba abierta con todo el contenido por fuera, su barra de pintalabios tirada encima de la cama, manchando la colcha de color pastel. El armario abierto de par en par, perchas tiradas, un vestido negro encima de la cama, otra blusa en la silla, era todo un absoluto desastre. Un sudor que le sonaba vagamente familiar volvió a acomodarse en su nuca, recorriéndole toda la espalda, haciendo que volvieran de nuevo las tiritonas.
Volvió a la cocina, esta vez a por un vaso de agua, se la bebió de trago, se percató de nuevo en la nota que había en la mesa, no la cogió, la miró pero no la leyó, en cuenta de eso, abrió el grifo y metió la cabeza dentro del agua fría.
Regresó al cuarto, y un instinto primitivo, hizo que mirara debajo de la cama. Sabía que no, pero su imaginación le estaba pasando una mala jugarreta, y por un momento los visionó ahí debajo de la cama: A su mujer y a su amante sin rostro, follando.
Lo único que vio a parte de cientos de pelusas, fue el tape del bote de nivea. Lo cogió y lo olió, a continuación lo colocó en su frasco, pero al ver que no cerraba correctamente, volvió a coger el tape y se lo metió en uno de sus bolsillos.
Volvió a la cocina, de repente le había entrado hambre, esta vez encendió la luz y al ir a coger un cuchillo, la nota de antes que vio pero no leyó, con una caligrafía perfecta: "Felipe, mi madre ha muerto, cojo un taxi y voy a su casa, ven rápido, e intentado localizarte.... no tardes"
Sentí un alivio al leer aquello: Mi mujer no tenía un amante y mi equipo había ganado la champions.










Comentarios

  1. No hay ningún desenlace esperado contigo. Eres genial. :)

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  2. Pobre suegra....y sabía que ganaba el Real Madrid...ja ja

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