RELATO


CELOS

El sonido molesto que hace mi móvil, anunciando un aviso, hace que me levante sobresaltada.
Miro el reloj,  la luz roja anuncia las 5.00h de la mañana, meto mi huella digital en mi iphone, y el dibujo de un whatsapp, parpadea insistentemente para que abra el vídeo que me acaban de enviar.
De normal tengo el móvil en silencio, bastante tengo ya con Juan, que rara es la noche que nos deja dormir tres horas seguidas, pero hoy es la primera salida nocturna de Víctor desde que somos padres, y llevo bastante inquietud, desde que me dijo que la despedida de soltero de su hermano la iban a celebrar.
Pongo el vídeo sin sonido para no despertar  al bebé, el remitente es uno de mis tantos grupos de whatsapp, ahora no recuerdo ni quienes son, la falta de sueño, hace que tenga lagunas, y confunda a las personas.
Abro los ojos como platos, ni el café más cargado  hace que despierte como lo acabo de hacer, en el vídeo aparece Víctor besando a otra mujer y tocándole los pechos de una manera obscena y provocativa.
Dos segundos me han bastado, cierro el vídeo, quiero gritar pero no puedo, una arcada me atraviesa el estómago, me pongo en el fregadero pero apenas vomito un poco de saliva, un escalofrío me recorre de arriba a abajo, me siento como si me hubieran atravesado con un hacha la espina dorsal.
-¡Será hijo de puta¡.
En la cuna duerme Juan, son las 5.15h de la mañana, ¿que hago ahora? ¿dónde voy?, me dan ganas de llamarlo, pero no, no lo haré, lo que haré será esperarlo y que me explique, ¿pero que me va a explicar? si lo he visto con mis propios ojos, que cabronazo.
Si no tuviera a Juan, saldría ahora mismo a buscarlo, iría bar por bar hasta dar con él, no se lo que le haría si lo tuviera delante.
Son las 5.20 horas todavía, me estoy volviendo loca, cojo el móvil pero no lo llamo, quiero mandarle un whatsapp pero  no, se lo mando a mi grupo de mi amigas , les digo que me voy a divorciar, otro a mi madre y el mismo a mi suegra, soy impulsiva y ahora mismo no puedo parar.
Mando a todos mis contactos el vídeo de Víctor, les digo que me separo de él, que miren todos con sus propios ojos porque lo abandono, la locura me invade por dentro, voy a todas mis redes sociales mientras sale fuego de mi boca en forma de injurias y blasfemias, cuelgo el vídeo mientras mi móvil se llena de mensajes que no abro.
Cierro la puerta donde duerme Juan y echo un alarido, parezco una perra dolida, no me lo podía imaginar de Víctor, no me lo explico, la cabeza me va a estallar de un momento a otro.
Son las 5.30h, ¿ahora qué hago?, ¿cómo terminará el vídeo?.
¿Acabarán follando en mitad de la calle?
Mi iphone echa fuego, no para de sonar, son las 5.45h decido abrir el vídeo.
Ahí está Víctor, el hijo de puta lleva la camisa que le regalé, como le toca las tetas, que obscenidad, entonces me acerco el móvil más cerca para ver si reconozco a la zorra, la verdad es que me resulta bastante familiar, me percato que en realidad no la besa, si no que hace un tipo de parodia, porque sus labios no llegan ni siquiera a rozarse, subo el audio para oír más claro lo que intento oír.
-¡Bien chicos¡, ¡apuesta ganada¡,¡cubatas gratis¡, ¡cracs¡
Mis ojos cada vez se tornan como si fueran platos, no puedo abrirlos más, creo que se me van a salir de las cuencas, no son tetas lo que manosea Víctor, son globos, ahora los están explotando, miran los dos a la cámara con el pulgar levantado,  junto a Víctor está su primo Rafa con una peluca rubia en su mano derecha.
Intento tragar saliva, pero estoy completamente seca, el ruido de la cerradura se escucha sin concesiones, a través del umbral de la puerta aparece Víctor, y con los ojos brillantes a causa del alcohol, pero con un tono de voz trémula y oscura que no conocía de él, me dice:
-Estás loca.

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

RELATO

Amantes.

El último habitante