RELATO
¿QUIÉN SE ESCONDE?
El
sonido que hizo el corcho, al despegarse de la boca de la botella de vino, me
resultó abrumador.
Le serví primero a mi mujer, en una copa especial, tiñendo
el vidrio de un color morado espectacular, el olor del caldo, hizo despertar todos mis sentidos.
Sentados
en el porche frente a los viñedos, ¿qué podía haber mejor en esta vida?, nada.
Las
uvas, posan brillantes, pronto será la recolecta, las barricas están preparadas
para llenarlas, y ser transportadas a la bodega.
El
primer trago es el mejor, lo saboreo, lo dejo un momento en el paladar,
haciendo que penetre en todos los recovecos de mi boca.
Una
leve brisa de aire, hace que los viñedos, bailen al son de la música celestial,
que produce el vino que estoy degustando.
Miro
a mi mujer, nunca había estado tan bella como hoy, me devuelve la mirada, nos
cogemos de la mano y brindamos, me siento afortunado, tengo un paraíso en
frente de mis ojos, todo para mi, me reconforta el premio recibido al trabajo
duro.
Mi
mujer me pregunta si lo he oído, ¿el qué?
Me
dice que escuche, afino el oído.
Entre
los viñedos algo se mueve, no es el sonido que produce la brisa, ahora es como
si ese sonido supiera que lo estamos escuchando, ya no oímos nada.
Me
sirvo otra copa, pero esta no la saboreo como la anterior, esta tiene un
resquicio de alerta, conozco mis viñedos mejor que la palma de mi mano, ahí
entre ellos hay algo.
Una cosa se posa delante de nosotros, mi copa cae al
suelo, haciendo estallar en mil pedazos, el cristal.
El vino cae encima de mis
pies, coloreando mis uñas de un color violáceo.
No
lo vi venir, cuando quise reaccionar, el animal se encontraba encima de mi
mujer, la tenía agarrada del cuello con sus afilados colmillos,nunca había
visto a un animal como ese, era como un
lobo gigante, un monstruo, con una fiereza en su mirada difícil de digerir.
Agarré la botella, y de un golpe seco la partí, haciendo que el culo cayera junto a
mis pies, quería ver si eso asustaba al
monstruo, lo único que conseguí, fue que le hincara el colmillo hasta la
yugular, haciendo que la sangre brotara como si de un manantial se tratara,
mezclando su color rojo brillante, con el del vino que posaba en el suelo,
haciendo que ambos líquidos, cubrieran mis pies ante mi mirada horrorizada.
Aparecen por todos lados. Pero esta parece un vampiro. Que miedito!!
ResponderEliminarQue miedo ..que bestia....un monstruo.....y con colmillos...uff..
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