RELATO
Buen
provecho, cariño
Algo
semejante a una cucaracha, descendió del techo de la cocina hasta
caer al guiso, que cocinaba con afecto en esos instantes a mi marido.
Levanté
la vista, un nido de bichos, albergaba sin piedad junto al aparato
de la luz.
Lejos
de sentir asco, removí el manjar, mientras el bicho se iba fundiendo
poco a poco con los alimentos.
Afiné
el oído, un clic,clic intermitente, empezó a mortificarme la cabeza,
mi esposo se encontraba en el cuarto de baño, por el sonido que
hacía con la tijera, mi cónyuge se encontraba liberándose de los
pelillos sobrantes de su ridículo bigote.
A
mi mente vino la imagen, de millones y millones de pequeños pelitos,
inundando sin piedad el impoluto baño.
No
lo dudé, cogí un plato, me subí en una silla, y con una cuchara
cogí el nido completo junto a sus congéneres.
A
continuación, con una exquisita delicadeza, lo deposité en la olla
burbujeante.
No
hizo falta poner atención a lo que mi esposo hacía en esos
instantes, una carcajada cargada de ostentación, el causante de esa
risa fanfarrona, era un programa de televisión de hacía más de
dos décadas.
Fue
instintivo, me agaché y miré debajo de la nevera, ese guiso
necesitaba algo más de sabor.
EPÍLOGO:
-Cada
día cocinas mejor cariño.
-Es
la paciencia que pongo en los platos, lo que hace que te gusten tanto
mis guisos, que aproveche cariño.
Seguro que en algún país son un manjar. ;)
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